Amar es volver a empezar. Nuevo nombre, nuevo peinado, nueva ciudad. Allie Harper, de diecinueve años, es nueva en Woodshill. Tras poner muchos kilómetros de distancia con su hogar en Denver, acaba de empezar las clases en la universidad y necesita encontrar piso desesperadamente. Cuando llama a la puerta de su última oportunidad, ahí está Kaden White, con su mirada sexy y sus tatuajes, el chico de cursos superiores por quien suspira media universidad. 

     Kaden no quiere compartir piso con una chica, ya tuvo problemas en el pasado por ello, y Allie no tiene ningún interés en compartir techo con alguien como él, pero la casa es perfecta y no les queda opción. Así, Allie y Kaden se convierten, a pesar de todo, en compañeros de piso. Sólo deberán cumplir tres sencillas reglas: nada de sentimentalismos, nada de meterse en las cosas del otro y, la más importante, nada de acostarse juntos. Pero las reglas están hechas para que las rompamos.

    ¡Buen día, pequeños lectores! ¿Cómo llevan la semana? ¿El mes? La verdad es que estoy disfrutando este tiempo libre al máximo haciendo de todo, en todo eso, leí este libro que lo tenía en mis pendientes por muuucho tiempo, y juro que no entiendo cómo no lo he leído antes (siempre me pasa lo mismo). Así que adiós introducción, hola reseña.

     Allie está escapando de su pasado, su familia y de todo lo que ha tenido que soportar todos los años de su vida, y ahora está en una nueva ciudad, en la universidad, buscando un piso para vivir. Luego de muchas entrevistas horrible, termina en la puerta de Kaden White. Tatuado, mal carácter, y encima un mandon, quien por nada del mundo quería tener una compañera de piso mujer, así que cuando no le queda alternativa, pone tres reglas.
    El problema es que Allie no es de esa clase de mujer que se queda callada y escondida en un rincón. La mayor parte del tiempo que Kaden era un idiota con ella, Allie le respondía con fuerza, y juro que jamás estuve tan orgullosa de una protagonista hasta ahora (bueno, eso es una exageración, porque si leí muy buenas historias con buenas protagonistas, pero no me la esperaba así sinceramente). Es parlanchina, graciosa, susceptible (bastante) y está en busca de la libertad, así que hace cosas que antes no hacía: vestirse más cómodamente, comer pizza y ser desordenada. Allí se hace amiga de Dawn, quien es esa tipo de amiga que todo el mundo debe tener (también es la protagonista del segundo libro de la serie), aunque también  de Scott, quien me gustó mucho pero tampoco aportó tanto a la historia, y los amigos de Kaden. Una de las cosas que más me gustó fue la amistad entre Allie y Dawn, a pesar de que ambas aún ocultaban cosas de sus respectivos pasados, tenían la clase de amistad que se admira.

     Kaden es... ese típico chico "malo", frío, indescifrable e infumable, pero que cuando lo llegas a conocer en realidad es un algodón de azúcar. O algo así. Siempre me han gustado este tipo de personajes en las novelas románticas, es de mis clichés favoritos. Pero hay un límite y en mi opinión, creo que la escritora se lo llevó muy lejos a veces. Y a medida de que pasa el tiempo, Kaden se vuelve cada vez más descarado. Porque si Allie podía llegar a romper las reglas (las propias reglas de él), no lo hacía porque necesitaba el lugar, mientras que Kaden se comportaba cómo quería. Analizándolo bien, hay ciertas acciones que te dejan como what????, y se toman bastante normales, y hasta ahora que escribo esto no entiendo por qué. La relación de Kaden y Allie se va afianzando más, comienzan a conocerse más, Kaden parece no poder separarse de ella por más que a veces llore a moco tendido por cualquier cosa.


     Pero ambos tienen un pasado que los atormenta hasta ahora. Y cada paso dado, se pueden dar tres o diez para atrás. Es un tira y a floja, mientras que ambos sienten una atracción por el otro y se niegan a ceder.


     Y con una narración en primera persona de parte de Allie, una pluma ligera pero a la vez intensa, se volvió un libro totalmente adictivo e imposible de soltar. Me hizo reír, ponerme de los nervios y amar los personajes en su mayoría. De hecho, durante todo el libro en mi cabeza brillaban cinco estrellas, pero la verdad que el final no me convenció, y eso me hizo restarle un punto. Me pareció un poco decepcionante por ese final, pero creo que vale la pena leer la historia porque fue preciosa y muy muy linda a pesar del final.