Bennett Fox entró en mi vida un lunes por la mañana en medio de un infierno de mierda.

     Llegué tarde al primer día en mi nuevo trabajo—un trabajo por el que ahora tendré que competir, aunque haya trabajado ocho años para ganarlo, debido a una fusión inesperada.

     Mientras llevaba mis pertenencias a mi nueva oficina, una oficial de transito me dio una multa de estacionamiento.

Había multado a una larga fila de autos—a excepción del Audi estacionado frente a mí, que era de la misma marca y modelo que el mío.

     Molesta, decidí regalarle mi boleto al auto que había evitado la multa. Probablemente el dueño lo pagaría y no lo notaría.

     Excepto que accidentalmente rompí el limpiaparabrisas mientras deslizaba la multa en la ventana del auto.

     En serio, mi día no podía ser peor.

     Las cosas empezaron a mejorar cuando me encontré con un magnífico hombre en el ascensor. Tuvimos uno de esos breves momentos que solo pasaban en las películas.

     Ya sabes como es... tu cuerpo se ilumina, los fuegos artificiales se disparan y el aire a tu alrededor cruje con electricidad.

     Su penetrante mirada me dejó sonrosada cuando salí del ascensor.

     Tal vez las cosas aquí no serán tan malas después de todo.

     O eso pensé.

     Hasta que entré en la oficina de mi nuevo jefe y conocí a mi competencia.

     El hombre magnífico del ascensor era ahora mi némesis. Su penetrante mirada no se debió a ninguna atracción mutua. Fue porque me había visto vandalizar su auto. Y ahora no podía esperar para aniquilar a su rival.

     Hay una línea delgada entre el amor y el odio—y no deberíamos cruzarla.

     No deberíamos—pero montar esa línea podrá ser muy divertido.

     ¡Hola, mis pequeños lectores! Hoy les traigo la reseña de un libro romántico un poco —bastante—cliché. Si han leído la reseña anterior, esta también trata de odio entre ambos personajes y que se encuentran compitiendo por un puesto de trabajo. La verdad que la sinopsis es kilométrica, y describe más o menos las primeras doscientas paginas.

     La historia esta narrada por los dos personajes principales, Annalise y Bennet. Y ambos son todo lo que se puede encontrar en un libro como este: un hombre adonis, mujeriego, que muchas veces piensa más con aquella zona al sur de su cuerpo que con su cabeza y que a veces más un hombre de las cavernas que uno del siglo XXI. A la vez, Annalise es toda rubia, con curvas, piernas largas, buena persona y bla bla.

     Como leyeron en la sinopsis, por una fusión ambos deben competir por su puesto permanente en San Francisco, mientras que el "perdedor" tendría que aceptar ese mismo puesto pero en Texas. La relación entre ellos empieza con la pierna equivocada. La competencia consiste en que los clientes elijan la presentación de marketing, y quien es elegido dos veces de tres, se queda con el puesto en San Francisco. 

     Al principio es todo un tira y afloja, se gritan y luego se hablan bien, Como en todo libro donde el mujeriego no acepta que nadie se acerque a su "corazón", por lo que por momentos es un idiota, por momentos un bombón. Pero la parte idiota predomina, mientras que Annalise es más sensible y buena.

     Debo admitir que es muy cliché con respecto a la relación entre ellos: toda tensión sexual desde principio, luego pasan a algo más que enemigos/amigos y demás. Me ha gustado el trasfondo de los personajes, más que nada el de Bennet, no fue una sorpresa de su forma de comportarse con respecto a las relaciones, pero le dio un toque a la historia que, debo admitir, se estaba volviendo un poco... predecible.

«—No te vi venir, Texas. No te vi venir.

—Está bien —sonreí —. Porque tampoco me verás ir.»

     He leído otra historia de Vi Keeland que amé y este me dejó un poco decepcionada porque le tenía más expectativas. Su forma de narrar si que es buena, sencilla y ligera, por algo me leí el libro en una noche, pero cada tanto lo dejaba porque necesitaba un respiro de la situación. 

     Me ha gustado, pero creí que sería mucho mejor. Es entretenido y genial para leer si queres algo de romance cliché y común.

¿Lo han leído? ¿Lo piensan hacer en algún momento? ¡Los leo!

Ro.